El jefe de Standard Chartered califica el efectivo como obsoleto en la Hong Kong Fintech Week

Mientras los bancos centrales aceleran sus proyectos de moneda digital, una declaración sacude el panorama financiero: “el dinero será completamente digital”. Estas palabras, pronunciadas por Bill Winters, CEO de Standard Chartered durante la Hong Kong FinTech Week 2025, delinean los contornos de un futuro sin efectivo anclado en la blockchain. No se trata solo de una evolución técnica, sino de un cambio estructural en el sistema monetario global, que las principales instituciones ahora parecen considerar inevitable.

Hacia un mundo sin efectivo: la visión radical de Standard Chartered

Fue durante un panel organizado en la Hong Kong FinTech Week 2025 cuando Bill Winters, CEO de Standard Chartered, afirmó que el futuro del dinero será completamente digital, mientras la institución bancaria prevé a bitcoin en $135,000 para diciembre.

En sus palabras: “todas las transacciones eventualmente se registrarán en blockchains, y el dinero será completamente digital”. Esta declaración no deja dudas sobre la dirección tomada por el banco británico, uno de los más influyentes en Asia, África y Oriente Medio.

A través de esta declaración, Winters pintó un panorama de una renovación global del sistema monetario, con una profunda reconfiguración de los mecanismos de circulación de valor.

En su discurso, Winters enfatizó la necesidad de experimentar activamente, reconociendo que el camino hacia esta transición total aún no está trazado. Destacó la posición privilegiada de Hong Kong, que ve como un modelo de innovación financiera regulada. Según él, estas son las condiciones ideales para probar las bases de un nuevo sistema monetario. Resumió su pensamiento en tres puntos clave:

• La blockchain como base de las transacciones financieras futuras: según Winters, todas las transferencias eventualmente se realizarán en blockchains;

• La digitalización completa de la moneda: la desaparición del efectivo ya no es una hipótesis, sino una evolución esperada y natural;

• Hong Kong como terreno de pruebas privilegiado: Winters afirmó que “Hong Kong ya ha afirmado su posición de liderazgo, y no tengo razones para pensar que eso cambiará”, elogiando el equilibrio entre innovación tecnológica y rigor regulatorio establecido por las autoridades locales.

Hong Kong, un laboratorio tecnológico respaldado por gigantes bancarios y Pekín

Más allá de la visión tecnológica expresada por Standard Chartered, otro actor importante, HSBC, reveló una dimensión complementaria: el potencial estructural y estratégico de Hong Kong.

Georges Elhedery, CEO del grupo, aprovechó el mismo evento para recordar el compromiso del banco con el desarrollo local, anunciando un proyecto de inversión masiva: $13.6 mil millones para privatizar Hang Seng Bank, una de sus filiales regionales. “Esto resume la confianza y convicción que tenemos en el futuro de la innovación financiera y tecnológica en Hong Kong”, declaró.

También destacó los esfuerzos de HSBC para invertir en el futuro de la innovación, especialmente a través de una asociación con la Universidad de Ciencia y Tecnología de Hong Kong, destinada a formar los talentos que construirán las finanzas del mañana.

Otra contribución significativa vino de Paul Chan Mo-po, Secretario de Finanzas de Hong Kong. Situó a la ciudad en su contexto geopolítico único. Al ser preguntado si Hong Kong podría algún día superar a Suiza como el principal centro mundial de gestión de patrimonios transfronterizos, Chan respondió con confianza: “tenemos un ecosistema notable, productos de calidad, servicios profesionales. Además, China continental nos apoya. Tiene una enorme población y recursos sustanciales, lo que refuerza nuestra confianza”.

Esta declaración nos recuerda que el principal activo de Hong Kong también radica en su conexión con China continental, que posee colosales recursos financieros.

En esta dinámica de digitalización total de la moneda, bitcoin destaca como pionero. El primer activo en demostrar la viabilidad de un sistema de pagos global descentralizado, ha encarnado este avance tecnológico durante más de una década, que las instituciones tradicionales comienzan a integrar.

La declaración de Standard Chartered marca un punto de inflexión. De hecho, la digitalización total del dinero ya no es una hipótesis, sino una trayectoria asumida como lo demuestra el proyecto del euro digital. Entre ambiciones tecnológicas y realidades geopolíticas, Hong Kong se consolida como catalizador de esta mutación, cuyos efectos redefinirán de manera sostenible la arquitectura financiera global.