El mercado automotor boliviano ha dado un giro histórico al integrar criptomonedas en sus métodos de pago. Toyota, BYD y Yamaha confirmaron que ahora aceptan USDT como medio de transacción, un evento celebrado públicamente por el CEO de Tether, Paolo Ardoino.
Esta decisión llega en un momento en el que las operaciones con criptomonedas en Bolivia han crecido 630%, alcanzando los $294 millones en apenas seis meses de 2025.
Regulación y marco financiero que impulsaron la adopción
El cambio se originó con la resolución aprobada el 25 de junio de 2024. En un comunicado , el Banco Central de Bolivia dejó sin efecto la prohibición sobre el uso de criptomonedas y otorgó estatus oficial a los «activos virtuales».
Esta reforma permitió a las instituciones financieras canalizar operaciones hacia intercambios regulados, lo que abrió la puerta a que empresas globales integren soluciones de pagos con stablecoins.
De acuerdo con Yvette Espinoza, representante de la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI), la medida permitió ordenar la creciente demanda de transacciones digitales dentro de un marco controlado y transparente. La aceptación del USDT por fabricantes internacionales se alinea con esta estrategia y refuerza la visión del «dólar digital» como puente hacia la inclusión financiera.
Más allá de los pagos: la visión tecnológica de Toyota
La incursión de Toyota en el uso de stablecoins no es un hecho aislado. En 2024, la compañía presentó el proyecto Toyota Blockchain Lab, orientado a implementar identidades digitales para vehículos mediante el estándar Ethereum ERC-4337.
Además, su división financiera avanzó en la emisión de bonos de seguridad tokenizados, integrados en la billetera digital Toyota Wallet.
Estas iniciativas muestran que la aceptación de USDT en Bolivia forma parte de una estrategia más amplia de digitalización y exploración de blockchain en el sector automotriz.
Un paso hacia el futuro de las finanzas digitales en Bolivia
La aceptación de USDT por parte de Toyota, BYD y Yamaha en Bolivia representa un avance significativo hacia la integración de stablecoins en sectores tradicionales.
Para Bolivia, este movimiento refuerza su apuesta por la innovación regulatoria y lo posiciona como un nuevo polo de desarrollo en el mercado cripto latinoamericano.
Para la industria automotriz, abre un camino donde los pagos digitales, la tokenización y la tecnología blockchain podrían transformar tanto la experiencia de compra como los modelos de negocio a escala global.
