Durante periodos de presión bajista, los holders de Ethereum y Bitcoin suelen liquidar para reducir pérdidas. Sin embargo, los primeros reaccionan con mayor rapidez cuando el mercado apunta a desplomes. Así lo señala un análisis reciente de Glassnode, citado por Cryptopolitan.
El informe concluye que los tenedores de ETH venden a una velocidad varias veces superior a la de los holders de BTC. Este comportamiento refuerza la idea de que Bitcoin mantiene una fortaleza superior como activo de reserva a largo plazo frente al token nativo de Ethereum.
Según el estudio, «el Bitcoin se comporta como el activo de ahorro digital para el que fue diseñado, ya que las monedas se acumulan en gran medida, la rotación es baja y la mayor parte de la oferta migra hacia instrumentos de inversión a largo plazo en lugar de permanecer en los exchanges».
Por el contrario, los holders de Ethereum muestran un patrón diferente. ETH funciona como el motor de una plataforma de contratos inteligentes con un elevado volumen de transacciones. Esta dinámica hace que la moneda esté más expuesta a procesos de venta que BTC.
Como conclusión general, el informe sugiere que esta brecha en los patrones de comportamiento podría ampliarse a medida que Bitcoin consolide su papel como reserva de valor.
Los holders de largo plazo de Ethereum venden 3 veces más rápido
El estudio de Glassnode enfatiza un punto adicional: los holders de ETH a largo plazo también presentan un ritmo de venta superior. Aunque mantienen sus monedas más tiempo que los holders recientes, su comportamiento sigue siendo más acelerado que el de los atesoradores de Bitcoin.
En concreto, el ritmo de venta de los holders de ETH a largo plazo es tres veces mayor que el de los holders de BTC. Esto no implica desconfianza hacia Ethereum, sino que responde a su naturaleza como token de utilidad.
ETH impulsa el funcionamiento de un ecosistema vasto: transacciones, aplicaciones descentralizadas, protocolos DeFi y múltiples servicios que dependen de su uso como gas. Esto obliga a que circule con mayor frecuencia, especialmente en mercados con presión bajista.
Bitcoin, en cambio, tiene un rol más estático. Hoy en día, el BTC tiene un uso comercial limitado: no es un medio de pago extendido ni un activo que potencie servicios subyacentes. Su función principal permanece enfocada en la reserva de valor y la acumulación a largo plazo, lo que reduce su rotación en periodos de volatilidad.
