Un juez de derecho administrativo dictaminó que Tesla incurrió en prácticas de marketing engañosas que dieron a los clientes una impresión falsa sobre las capacidades de su software de asistencia al conductor Autopilot y Full Self-Driving. Este es un desarrollo crucial en un caso de años iniciado por el Departamento de Vehículos Motorizados de California (DMV).
El juez aceptó la solicitud del DMV estatal de suspender las ventas de Tesla durante 30 días como penalización por sus acciones, pero el DMV pospuso la orden y le está dando a Tesla 90 días para modificar o eliminar cualquier lenguaje engañoso antes de implementar la suspensión, según varios medios. El juez también recomendó suspender la licencia de fabricación de Tesla por 30 días, pero el DMV también pospuso esa orden, según Bloomberg News.
El DMV de California no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios. Tesla ya no cuenta con un departamento de relaciones públicas.
Tesla ha enfrentado múltiples investigaciones por parte del Fiscal General de California, el Departamento de Justicia y la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) por acusaciones similares de que su marketing sobre sistemas de autonomía parcial era engañoso. La empresa también ha enfrentado (y ahora resuelto) varias demandas civiles personales por accidentes relacionados con su tecnología Autopilot.
El caso presentado por el DMV de California ha estado avanzando durante años en la Oficina de Audiencias Administrativas del estado. La agencia básicamente acusó a Tesla de hacer creer a los clientes que sus sistemas avanzados de asistencia al conductor eran capaces de altos niveles de autonomía. Esto llevó a una confianza excesiva en los sistemas, alegó el DMV, lo que ha contribuido a decenas de accidentes y múltiples muertes. Tesla refutó estas afirmaciones diciendo que su marketing estaba protegido por la libertad de expresión.
Una suspensión de ventas en California, incluso temporal, podría tener un gran impacto en el negocio de Tesla, ya que sigue siendo su mayor mercado en Estados Unidos. Una suspensión de la fabricación también podría perjudicar a la empresa. Si bien la compañía ha construido una enorme fábrica en Austin, Texas (y trasladó su sede oficial a esa ubicación), aún depende de su fábrica en Fremont, California, para producir cientos de miles de vehículos, incluidos todos los Model 3 destinados a Norteamérica.
La decisión del juez llega en un momento en que Tesla está avanzando con la prueba de su servicio Robotaxi en Austin. Durante el fin de semana, la empresa retiró los monitores de seguridad de su pequeña flota en la ciudad. Había estado ofreciendo viajes a clientes en la ciudad durante los últimos seis meses, pero con un monitor de seguridad en el asiento del conductor o del pasajero. Esos vehículos utilizan una versión diferente del software de conducción de Tesla que la que tienen los clientes en sus autos, según el CEO Elon Musk.
