El gigante bancario francés BPCE abre el trading de criptomonedas a sus clientes particulares

BPCE, peso pesado de la banca francesa, lanza esta semana su servicio de trading de criptomonedas a través de sus aplicaciones móviles. Una revolución: comprar bitcoin será tan fácil como consultar su saldo.

Una ofensiva mesurada pero ambiciosa

BPCE lanza este lunes su servicio de trading de criptomonedas para clientes de cuatro bancos regionales piloto, incluyendo Banque Populaire Rives de Paris y Caisse d’Épargne Côte d’Azur.

Dos millones de franceses podrán comprar bitcoin, Ethereum, Solana y USDC sin salir de su aplicación bancaria habitual.

El sistema se basa en una cuenta de activos digitales independiente, operada por Hexarq, la filial cripto del grupo. Las tarifas mostradas permanecen competitivas: 2,99 euros al mes de suscripción y una comisión del 1,5 % en cada transacción, con un mínimo de un euro. Una fórmula pensada para democratizar el acceso a las criptomonedas entre una clientela general aún reticente.

Esta fase piloto permitirá a BPCE evaluar el apetito real de los franceses por estos nuevos activos antes del gran despliegue. Para 2026, se espera que los 12 millones de clientes particulares del grupo tengan acceso a este servicio.

El momento parece particularmente oportuno. Más allá del Atlántico, Coinbase actualmente acompaña a « muchos de los bancos más grandes » de Estados Unidos en sus proyectos cripto. Esta dinámica mundial ilustra una transformación profunda del sector bancario.

La banca europea se convierte a las criptomonedas

BPCE se une a un movimiento europeo ya muy avanzado. El banco español BBVA ofrece trading de criptos directamente a través de su aplicación móvil desde hace varios meses. 

Openbank, filial de Santander, ofrece acceso a cinco criptomonedas con un servicio de custodia integrado. En Austria, una filial vienesa de Raiffeisen Bank se ha asociado con Bitpanda para equipar a sus clientes.

Esta convergencia testimonia un cambio de paradigma. Las entidades bancarias tradicionales entienden que ignorar los activos digitales sería perder el tren de la innovación financiera. El marco regulatorio europeo MiCA, vigente ahora, ofrece finalmente la claridad jurídica esperada por los actores históricos.

Los desafíos van más allá de una simple diversificación de ingresos. Los bancos buscan fidelizar a una clientela joven, naturalmente atraída por las criptomonedas.

Francia cuenta con sólidos activos en esta carrera. El país dispone de un marco regulatorio cripto desde 2019 con el estatus PSAN. Las grandes empresas francesas, como BPCE, cuentan con las infraestructuras necesarias para asegurar estos nuevos servicios. Queda por ver si los franceses adoptarán masivamente esta oferta.